¿LA VERDAD?


MORALES, FRANK

UNIVERSIDAD FERMIN TORO

MAESTRIA EN GERENCIA Y LIDERAZGO EN EDUCACIÓN

EPISTEMOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

BARINAS – ESTADO BARINAS

BARINAS, 24 DE SEPTIEMBRE DE 2005


No tu verdad: la verdad.

Y ven conmigo a buscarla.

La tuya, guárdatela.

ANTONIO MACHADO.

En este trabajo, se realizará un pequeño análisis con respecto a la verdad, entre los siguientes filósofos: Sofistas (Protágoras, Gorgias, Hipias, Pródicos, Antifón, Crítias, Calicles, Trasímaco), Sócrates, Platón, Aristóteles y San Agustín.


Los Sofistas (maestros en sabiduría) son muy criticados, ya que se les ve como demagogos, que solo tienen intereses particulares; entre otras tantas cosas. Aunque, es interesante ubicarse en el contexto social de esa época y observar que sus aportes son importantes. Ellos exigían el dominio de las palabras para ser capaz de persuadir a otros. No era de su interés buscar una verdad válida para todos, sino que cada quien tiene “su” verdad (Relativismo). A mi modo de ver las cosas, en la actualidad tenemos Sofistas. Por ejemplo, algunos políticos que a través del dominio de la retórica dan su verdad y logran persuadir a las otros, sin interesarse en revisar o buscar más allá de lo que dicen o creen saber. No buscan una verdad válida para todos o la verdad que está en la realidad de los pueblos y de la gente a quienes ellos dirigen.


En cuanto a Sócrates, la verdad es una continua búsqueda , inacabada siempre.

Él planteaba que nunca se alcanzará la verdad. Además, él exigía ser fiel a la definición de las cosas, por ello debemos ser fiel a esta búsqueda (Ética). Así que, ante todo lo que se presente como cierto, se debe ejercer una actitud crítica y analítica primero, para luego proponer el sentido verdadero de lo que se crítica. Entonces, no solo se debe contentar con criticar sino que se debe ofrecer un sentido y proponer una verdad.

Al plantear esto, pareciera que Sócrates se encuentra en pleno siglo XXI; ya que hoy en día, se observan muchas críticas a tantas problemáticas en el mundo y muy pocas soluciones; porque solo se queda en las críticas y no se le da sentido a ellas y mucho menos proponer verdades que puedan ir a algún tipo de solución de nuestros problemas. Por lo tanto, Sócrates fue mucho más allá que los Sofistas en este sentido.


Platón continúa con las ideas de Sócrates. Aunque, la intención de Platón es la de decir con certeza lo que las cosas son, y que no es suficiente la discusión y la búsqueda socrática bien intencionada. Él tiene claro que nada podrá ser dado como definitivamente cierto o falso, si cada hombre define por su cuenta lo que son las cosas. Por ello se debe buscar esa garantía de objetividad para nuestro lenguaje. Así que, se interesa en el conocimiento de las realidades ideales que dan sentido a las cosas particulares (Mundo de las ideas).

En este planteamiento, Platón claramente dice que no basta con las críticas y darle un sentido a las mismas, sino que hay que buscar una verdad a través de las ideas; de modo que sea objetiva y válida para todos. Por tanto, el mundo de las ideas que es fundamento de lo existente es el bien. Y en el está la verdad.


En cuanto a Aristóteles, él rechaza el mundo de las ideas de Platón. Aristóteles busca es en la realidad de las cosas; va en búsqueda del hombre tal como es y juzga su naturaleza con un patrón humano, las opiniones de otros, del pasado y del presente, le ayudan a dar con la naturaleza moral del ser humano. Entonces, el hombre debe ser lo que es. Ahora bien, lo que trata sobre el comportamiento humano, se conoce como ética; en donde, la felicidad es una meta de la vida, por ende tiene que ver con la naturaleza humana. La felicidad es el resultado de la razón humana, que le corresponde solo al hombre. Por tanto, “el fin último del hombre es obtener felicidad (1). Esta no es afecto ni placer. Por esto, el hombre tiene que buscar la felicidad en la vida intelectual. Entonces, “la felicidad consiste en el ejercicio de la libertad suprema del hombre, que resulta de vivir conforme a su naturaleza” (2). Para ello el hombre debe tener una vida intelectual y una vida virtuosa. La primera tiene que ver con la capacidad racional y la segunda con la voluntad. Pero, tenemos que no todos los hombres pueden desarrollar la capacidad intelectual a un mismo nivel; por tanto, no pueden alcanzar la felicidad a un mismo nivel. Por último, que la felicidad no sea placer, no limita que se tenga goce en placeres sensibles y de otros bienes, que no impidan la contemplación de la verdad.

En suma, para Aristóteles la búsqueda de la verdad se encuentra en la búsqueda de la felicidad, por esto, es el objetivo de todo hombre. Ello implica que se debe mejorar la capacidad racional y que esté acorde a los sentimientos y el afecto.

Actualmente, puedo decir que el hombre como individuo ha encontrado felicidad en ciertos momentos; aunque como conjunto estamos lejos de alcanzarla. Pero, hay quienes dicen que la felicidad no existe. En este sentido, pienso que si se puede obtener felicidad. Por ejemplo, cuando un hombre piensa en casarse; todos le dicen que no va a ser feliz. Claro, aquellos que lo dicen son los que en algún momento se dejaron llevar por los sentimientos y no usaron la capacidad racional al elegir la pareja. O al contrario, usaron la capacidad racional y no los sentimientos. Ahora, aquellos que desarrollan una vida intelectual y virtuosa son los que eligen la pareja adecuada y logra obtener un matrimonio feliz.


Finalmente, tenemos a San Agustín. Su forma de pensar es una búsqueda que satisfaga las aspiraciones del alma a la verdad. El hombre en busca de felicidad lo lleva a pensar. Dicha felicidad está solo en Dios. Así que en Dios está la verdad. San Agustín piensa que los hombres aman espontáneamente la verdad, tanto es así que ni los mentirosos soportan que les mientan.


Entonces, se observa claramente las diferencias entre unos y otros con respecto a la verdad.

Personalmente, pienso que la verdad como tal no existe (es decir; las cosas verdaderas no existen ni las cosas falsas). Y si hay una verdad; esa está en Dios. Por otro lado; realmente solo se dicen o se piensan cosas verdaderas. En este sentido la verdad es coincidencia; es como una búsqueda de lo que mejor se adecua a las cosas. Para que esa correspondencia se dé entre lo que se piensa y las cosas, se debe tener presente la crítica y el sentido de la misma, pero, tratando de que sea una realidad objetiva.

Por último me identifico con los planteamientos de Aristóteles, ya que estoy siempre en busca de la felicidad; teniendo en cuenta la vida intelectual y la vida virtuosa (aunque tal vez, la felicidad sea una utopía).


NOTAS:

  1. http://www.liceodigital.com/filosofia/aristoteles.htm
  2. Ibíd.

BIBLIOGRAFIA

  1. http://lauca.usach.cl/~aremente/vidal.htm
  2. http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/01/lopez3.htm
  3. http://www.librolibre.org.ni/DocPo./verdad/razon/griegos/aristoteles.html
  4. http://www.librolibre.org.ni/DocPo./verdad/razon/griegos/platon.html
  5. http://www.liceodigital.com/filosofia/aristoteles.htm
  6. http://www.liceodigital.com/filosofia/platon.htm
  7. http://www.liceodigital.com/filosofia/socrates.htm
  8. MACEIRAS, MANUEL (1985) “¿Qué es filosofía? El hombre y su mundo”. Madrid: CINCEL.
  9. SAVATER, FERNANDO (2003) “El valor de elegir”. Barcelona, España: ARIEL


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